La ludopatía es una enfermedad caracterizada por el fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero. Antonio Rial Boubeta, doctor en Psicología Social en la Universidad de Santiago de Compostela, llama a no quedarse, únicamente, en su definición más clínica, sino a ver la fotografía completa: con una dimensión social, económica, convivencial e, incluso, institucional.
En Galicia, el 4 % de los adolescentes gallegos tienen adicción a los videojuegos. ¿Pueden ser la puerta de entrada a otras adicciones?
Según datos nacionales, hasta un 20 % de chavales podrían participar en actividades de juego o relacionados con el juego. Los últimos datos que manejamos en Galicia, relativos al estudio de la USC con la Fundación Barrié, muestran que en los últimos cinco años, fruto del decreto de noviembre del 2020 aprobado con el Ministerio de Consumo de Garzón, el volumen de chicos que podrían estar apostando en diferentes formatos de juego se habría reducido a la mitad. Esto demuestra que la mejor manera de prevenir es hacer leyes valientes y protegiendo a los menores. Y fíjate, hay otra cuestión importante: los nuevos formatos. Estamos viendo que en los pequeños, en los chicos y chicas de once a trece años, la modalidad más aceptada o popular no son las apuestas deportivas, sino los rascas. Ojo, porque empiezan con el padre, el tío o el abuelo comprando uno. Eso es una puerta de entrada a la ludopatía hasta que se demuestre lo contrario. La sociedad cambia. Los jóvenes se están empezando a meter en líos y a adoptar conductas que antes eran propias de los 18, 19 o 20 años. Con el juego pasa lo mismo que con el consumo de pornografía. Y luego, sucede algo más: que el sector del videojuego y del juego se está hibridando. Es decir, se está consiguiendo captar jugadores apostadores a través de los videojuegos. lavozdegalicia